La Noche de la Befana
Este año será el primero que no
estoy en España el 6 de enero, por lo que toca quedarme sin Reyes Magos. Por
ello, y con nostalgia y resignación, me he tenido que adaptar a la tradición
italiana de esta noche tan especial y mágica para mí.
Los italianos cada año durante la
noche del 5 al 6 de enero celebran la llegada de la Befana, bruja en italiano, o
Epifanía, una noche en la que todas las casas se llenan de calcetines esperando
que la Befana los llene de dulces o carbón.
Esta tradición italiana se
remonta a la época de los Reyes Magos y a su visita al niño Jesús. Cuenta la
leyenda que cuando los Reyes Magos llevaban los presentes para el recién nacido,
se perdieron en el camino hacia Belén. Desorientados, pidieron ayuda a una anciana,
la bruja Befana, a la que rogaron que los acompañara, pero ésta rechazó el
ofrecimiento diciendo que tenía mucho trabajo en casa. Poco después, la Bruja
se arrepintió de su decisión y salió a buscarlos, pero nunca los encontró y en
compensación decidió entregar un dulce a cualquier niño que se encontrara con
la esperanza de que fuese el Niño Jesús. De ahí que cada 6 de enero la Bruja
Befana visita las casas de los niños montada en su escoba, para llenar los
calcetines con regalos y caramelos si han sido buenos, o con carbón si se han
portado mal.
Una tradición sorprendente, sin
duda. Bruja en vez de reyes, a mí personalmente me gusta más nuestra tradición,
con el encanto que tienen las cabalgatas de los Reyes, la entrega de la carta a
los pajes reales para que la hagan llegar a SSMM, las preferencias de cada uno
por un rey (yo soy de Gaspar, y tú?). En fin, que la Befana tiene su encanto,
pero nada comparado con la fiesta de los Reyes Magos.